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lunes, 1 de agosto de 2016

Emperatriz de la agroindustria expande sus dominios en Asia



Cuando tenía 20 años le tocó apoyar a su madre - Beate Holtke, a levantar un imperio en dificultades financieras y tan sólo unos años después Beate duplicó el patrimonio inmobiliario del conglomerado. La inquieta y visionaria Cristina Kress va por todo. 

Tras conquistar Australia, EEUU y Europa el objetivo ahora es crecer en Corea, China y Taiwán.


Por Alfredo Schramm
Cuando tenía sólo 20 años tomó las riendas -junto a su madre- de una compañía con dificultades financieras, la reestructuraron, profesionalizaron  y así  lograron duplicar el patrimonio inmobiliario.  Hoy, 8 años después,  el Grupo Kress, un conglomerado de empresas con sede en Itapúa -con casi 4 décadas de historia- está más que consolidado y encara sus primeros pasos en China, Taiwán y Corea de Sur.
Casi nadie se resiste a la cautivante personalidad de esta joven empresaria que se convierte en un verdadero tiburón  para salirse con la suya - en el buen sentido de la palabra- a la hora de hacer negocios, comentan quienes alguna vez tuvieron que sentarse en una mesa  de trabajo con Cristina.  Junto a  líderes gerenciales de otras empresas -con quienes compartimos un programa de la Fundación Desarrollo en Democracia- nos tocó conocer las entrañas del Grupo Kress, desde la tradicional plantación de naranja (rubro que posicionó a Frutika), hasta la última apuesta, la planta de agua mineral. 
En varios pasajes de la nota, Cristina subrayó el liderazgo de su madre en todo el proceso de crecimiento de las empresas. 
Antes de conocerla personalmente, aseguraba que la hija de Heinfried Wolfgang Kress y Beate Veronika Holtker vivía encerrada en su despacho contabilizando lo que producían sus empresas, a su vez  manejadas por gerentes. Sin embargo, me encontré con todo lo contrario. Una mujer  con botas, vaquero y camisa remangada que personalmente supervisa todas las unidades de negocios, plantea innovaciones en procesos y productos,  y que no tiene miedo de entrar al barro si fuere necesario fue las que nos abrió los portones de la mipymes -con 19.000 hectáreas y que genera 4.000 empleos indirectos -que hoy administra. 
SUS PRIMEROS PASOS
“Después de un año estudiando en el extranjero, el llamado de Paraguay fue claro y concreto: volver ahora o quedarme allí. Ahora lo veo como una gran suerte que todo paso así, ya que me dio oportunidad de “estudiar” en la práctica, en el día a día. Los tropiezos salen muy caros de esta manera, pero uno aprende de por vida”, recordó Cristina con un brillo en los ojos más que dejó trasver. 
El mayor desafío que sintió, aparte de a veces recibir miradas de escepticismo por su edad -más bien de clientes y proveedores- fue el hecho de no tener el conocimiento profundo de la empresa como debería antes de poder asumir un  cargo de dirección. 
O sea, simplemente  no conocía los sectores que debía liderar; fue un aprender y decidir al mismo tiempo no solo en lo técnico, sino de cómo trabajar, cómo hablar con las personas laboralmente, cómo encarar problemas y buscar soluciones.
Este proceso duró unos 3 a 4 años y su principal función era mantener la empresa funcionando, aprender en engranaje y reestructurarla a medida para que sean unidades de negocio independientes pero a su vez interconectadas entre sí, claras y transparentes. Después de este tiempo, se  sintió más cómoda para  invertir y dar los siguientes pasos en la carrera por la expansión.
NUEVOS HORIZONTES
‘‘Estamos consolidando dos mercados para nosotros importantísimos como Taiwán y Corea del Sur. Tenemos a Uruguay con contratos cerrados de distribución y un contenedor enviado de muestra a China. Aparte de esto con potencial y en negociación Chile, Colombia, Centroamérica y Estados Unidos’’, destacó la empresaria.
En lo que respecta a aceites, pulpas y concentrados tienen establecidos los últimos 15 años clientes en Europa principalmente, abriendo este año mercados muy importantes para la pulpa de guayaba en Estados Unidos y Australia adicionalmente. Algo que los pone muy orgullosos por ser un producto un poco menos tradicional y que ven como algo muy nuestro, muy paraguayo.
En lo que es Frutika productos terminados: a Corea del Sur fueron enviados 4 contenedores en dos meses. Están en proceso de introducción del producto. 
A Taiwán  se enviaron 2 contenedores con muy buena recepción el año pasado y esperan cambiar la coyuntura económica internacional para seguir vendiendo hacia fines de este año y que inicie nuevamente el verano en Asia.
A China fue enviado 1 contenedor que se utilizará de muestreo para puntos de venta y en una feria para su introducción en ese mercado.
En cuanto a volúmenes, la empresaria subrayó que  son tímidos todavía y la mayoría de los países están en renegociaciones dado el cambio de perspectiva. 
‘‘Lo que más atención capta son  jugos 100% sin azúcar agregada, néctares de pomelo y guayaba, y las aguas alcalinas y funcionales. Estas últimas estaremos lanzando en septiembre’’, adelantó.
IMPACTO SOCIAL 

El Grupo Kress tiene 300 trabajos directos, y 300 zafreros más o menos que trabajan prácticamente todo el año ya que siempre hay cosechas. Las frutas son cosechadas todas manualmente por lo que necesitan mucha mano de obra. Sólo Frutika directamente da trabajo a 100 personas. Indirectamente  ‘‘creo que podemos llegar a 4.000 personas incluyendo a la comunidad de Kressburgo y a los pequeños productores’’, acotó.
En cuanto a acciones de Responsabilidad Social Empresarial (RSE), el Grupo trabaja en el desarrollo de la comunidad. Se donaron en su momento terrenos para establecer la Iglesia y el Liceo. Se puso a disposición los terrenos para un cuerpo de bomberos, puesto de salud, salón comunitario, etc. 
Se construyeron casas financiando a largo plazo  para los colaboradores, ofrecen pasantías a los egresados de las instituciones educativas. En esta línea, iniciaron un proyecto de ampliación a la actual Escuela privada Heinfried Wolfgang Kress, queriendo agregar una secundaria con biblioteca pública y materias como robótica, idiomas, laboratorios, etc.
Otro trabajo interesante es el de los pequeños productores a los cuales acompañan con capacitaciones durante todo el año.
Kressburgo como pueblo se fue desarrollando a la par contando hoy en día con todas las instituciones y servicios con más de 3.000 habitantes. En estos 38 años desde la llegada del fundador e inicio de la empresa y 19 años de Frutika profesionalizaron el conglomerado, innovaron constantemente los productos acompañando tendencias mundiales con  una filosofía de alianza y trabajo en equipo con los clientes, comunidad y naturaleza.

EL ESTIGMA SOJERO
Ante la pregunta sobre el siempre controversial aporte impositivo del agronegocio, Cristina señaló: ‘‘Creo que no debemos dejarnos llevar por la generalización. Una parte es el sector productivo de campo que vive con los riesgos climáticos, de precios que no pueden influenciar y de compradores multinacionales que imponen descuentos en un mercado limitadamente libre en un ambiente a veces desagradable de acusaciones injustificadas como contaminadores, sojeros, explotadores, etc. siendo el agricultor la base de toda población porque produce alimentos. Este productor paga su IVA y su renta como todos los demás sectores también y debe producir, quiera o no quiera, sustentablemente con el ambiente para que su rubro sea rentable’’, indicó.
Siguió explicando que otro sector totalmente diferente es el que maneja el mayor volumen de facturación en pocas manos que serían las multinacionales compradoras y exportadoras del resultado del agricultor. Lo complicado es atacar a éstas y pedir más equidad impositiva sin que las mismas repasen a sus proveedores -que son los agricultores- toda la carga, el control y los descuentos que se le pueda hacer. ‘‘Concretamente, pido que se diferencie mejor tanto dentro del Estado como en la misma población de quién se habla cuando se acusa y tratar de no generalizar’’, disparó.
‘‘Entendemos el reclamo del Gobierno diciendo que son impuestos bajos los que tenemos, pero lo barato sale muchas veces caro en el sentido de que hay que mejorar en todos los servicios -por qué no decir- básicos y esenciales para una población como educación, salud e infraestructura. Leyendo siempre del derroche y la corrupción que todavía existe, no alienta a pagar aún más dinero ganado con mucho trabajo y sacrificio’’, sentenció.
CON LA MISMA MONEDA
En lo que hace al Gobierno dijo que lo principal  es la seguridad personal y jurídica. Otras medidas que podrían apalancar al sector son: eliminación del contrabando y una equidad de actitudes entre los países del Mercosur. ‘‘Por ejemplo, si países como Brasil, Argentina y Uruguay activan medidas proteccionistas paraarancelarias para proteger sus industrias de las importaciones, entonces creo que esto también debería hacer el Paraguay’’, cerró la nota.
LA HISTORIA KRESS 
1977 llega Heinfried Wolfgang Kress con su Sra Beate Veronika Holtker a Paraguay en búsqueda de tierras y un futuro en el país. Inicia sus actividades vendiendo tierras para terceros en la zona de Itapúa y Alto Paraná como comisionista.
1978 compra su primer terreno en el cual inicia actividades de semillero, importador de insumos para clientes vecinos y agricultor, dando posibilidad a toda la zona a desarrollarse junto con él. Menos de 10 años después y entretiempo probando muchos cultivos alternativos, entre ellos plantas medicinales, uvas, duraznos, manzanas, kiwis, inicia exitosamente la plantación cítrica con naranjas, mandarinas y limones.
Después de 20 años de incansable dedicación a la región y al país en trabajo pionero fallece en un accidente vehicular en la propia estancia. Justo antes pudo inaugurar la fábrica FRUTIKA. La razón del nacimiento de esta fábrica fue la falta de demanda nacional y la dificultad internacional de exportar sus frutos cítricos, por lo cual la mejor oportunidad era transformarlos en néctares listos para beber, concentrados y aceites, siendo Frutika la primera todavía existente fábrica de jugos en el Paraguay, 100% nacional. Al momento del fallecimiento del Sr. Kress asume con mucha valentía su señora, la Sra. Beate, las riendas de una empresa grande establecida ya hace 20 años, con rubros como la agricultura, la citricultura y la fábrica de derivados de frutas.
Beate asume la empresa con deudas y logra pagar las mismas, consolidar y profesionalizar la empresa con una estructura gerencial, duplicar el patrimonio inmobiliario de 9.000 has a 19.000 hectáreas y lanzar al mercado el extracto de tomate Frutika, con el cual hoy en día gracias a sus clientes logran un 70% de marketshare.
Amplían la producción desde hace 15 años con pequeños productores en todo el país comprando sus frutas. Se inició con unos 200 productores y hoy en día cuentan con más de 3.500 en todo el país.
2015. El año pasado agregaron a la familia la marca GENESIS con un agua mineral natural de PH +8, además de innovadoras aguas funcionales y saborizadas.
2016. Están en proceso de ampliar el mercado internacional con productos terminados y marca así como trabajar aún más en estar presentes en todos los puntos de venta nacionales.  


Fuente: 5dias

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